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¿Para qué sirve un arquitecto? (2)

¿Para qué sirve un arquitecto? (2)

¿Para qué sirve un arquitecto? (2)

Muchas veces, nos encontramos con clientes que, por malas experiencias anteriores, se encuentran con miedo e incertidumbre a la hora de afrontar una obra (del tipo que sea) y ésto les genera ansiedad.

Si te ayuda, para que te inspire más confianza para afrontar una obra y decidirte por la contratación de un técnico (arquitecto o aparejador), dejo cuatro pautas esenciales que debes tener en cuenta cuando  realicen y dirijan el proyecto que contrates.

Lo que es esperable de un buen equipo técnico:

1. Asesoramiento experimentado, acerca de todos los pasos a seguir, qué opciones existen, y los costes estimados. Aconsejan sobre precios, tiempos, trámites, materiales, etc.

2. Un diseño adaptado a tus necesidades y en consonancia con la normativa (de obligado cumplimiento), en el que debes valorar esas pequeñas-grandes ideas que mejorarán tu vivienda, o crearán tu futura casa. Un buen diseño hace que una vivienda funcione mejor en todos los sentidos: ahorro energético, durabilidad de los materiales, comodidad, etc.

3. Un proyecto que respalda ese diseño y que defina exactamente lo que queremos para que las constructoras puedan dar un presupuesto en igualdad de condiciones. En el proyecto está todo lo necesario para la construcción, y nadie puede decirnos lo contrario, por eso es de gran ayuda para cuantificar los gastos imprevistos y aumentos de presupuesto injustificados.

4. Control sobre la obra, la calidad de los materiales y las partidas ejecutadas para pagar sólo por lo realmente construido (ejecutado) con respecto a proyecto y estos técnicos están para cuantificarlo.

Esto es lo mínimo que te ofrecerá cualquier equipo de técnicos competentes y conviene dejarlo muy claro con ellos antes de firmar cualquier contrato, ya que como en todas las profesiones puedes encontrar al inconsciente de turno, normalmente muy amigo del cliente tipo 1 (entre los dos perderán dinero y tan contentos). 

Este post es continuación del siguiente: https://carmengonzalezarquitectura.com/2018/09/10/para-que-sirve-un-arquitecto-1/ 

 

Los siguientes casos pueden ser sospechosos:

1. Arquitectos extremadamente baratos, En españa hay un dicho «Nadie da duros a pesetas» similar al concepto anglosajón de la frase “If you pay peanuts you get monkeys” (si pagas cacahuetes obtienes monos).

2. Arquitectos que vienen de la mano de una constructora, es decir, son juez y parte. Cuanto más gane la constructora mejor, entonces, piensa cuánto interés tiene en controlar el gasto.

3. Arquitectos recomendados en general por alguien que pueda terminar teniendo comisión. No te recomiendan un buen arquitecto, te recomiendan un buen negocio para ellos.

En este punto puedo asegurarte que un equipo técnico competente puede ahorrarte dinero en la construcción ya que ellos no cobran un porcentaje del precio final de la obra sino unos honorarios previamente acordados (*). Y por supuesto, el concepto contrario: una obra sin técnicos (arquitecto o aparejador) tiene muchas opciones de terminar siendo más cara además de mucho menos fiable a la larga.

*Nota: muchos técnicos cobran por horas pero otros dan un presupuesto cerrado que se suele calcular en porcentaje según el precio inicial estimado de la obra (Presupuesto de Ejecución Material).

¿Para qué sirve un arquitecto? (1)

¿Para qué sirve un arquitecto? (1)

Casa de la cascada, Frank Lloyd Wright

La arquitectura es una de las profesiones más antiguas de la humanidad. Tradicionalmente, considerada como una de las siete bellas artes, su fin último ha sido la creación de espacioos destinados al habitat humano, facilitando el desarrollo de las actividades cotidianas y la vida humana.

Panteón de Agripa, Roma.

Durante años ha habido cientos de definiciones sobre la profesión del arquitecto. Desde las definiciones más clásicas dónde se establece una relación directa entre arte-arquitectura y las más modernas dónde se le da más valor a la utilidad, entre otras cosas, porque los estilos de vida han cambiado.

Pero para la gente la definición de arquitecto es mas simple. La gente reconoce dos tipos: aquellos arquitectos famosos que hacen obras megalómanas y raras que pocos entienden; y los arquitectos menos conocidos, que sólo sirven como mero trámite para no tener problemas con el ayuntamiento o alguna administración de turno.

Arquitectura es dar una respuesta apropiada y una interpretación artística adecuada a los problemas que se nos presentan en cada proyecto en particular. Requiere del equilibrio esencial que debe existir entre el arte y el bien común, entre la arquitectura y los principios morales y filosóficos que deben mover y conmover al hombre.

Conferencia de César Pelli en Cornell University en 1979

Sin embargo me encuentro con tres tipos de clientes:

  • el que se presenta, obligado por la administración, pidiendo unos «planitos, dibujitos o calculitos» (como si usando el diminutivo fuera menos importante y pudiera negociar los honorarios) que del resto «ya se encarga él». El que siempre cree que nuestros honorarios son caros, pero cuando va a un fisio, al dentista o al taller mecánico, paga el precio sin negociar y sin rechistar,
  • el que contrata al arquitecto porque entiende que somos profesionales de la construcción y damos unas garantias de seguridad, tanto en la habitabilidad o el diseño como durante el proceso de la obra, 
  • y el que quiere un proyecto integral «sin jaleos ni historias» y pretende que sea digno de publicar en alguna revista de arquitectura o diseño.

Aunque el segundo y el último serian el cliente ideal, es más habitual el primero. Pero invertir en un arquitecto no tiene por qué ser caro y es tan útil como invertir en un fontanero o un médico, no sólo por cuestiones de seguridad legal o técnica (que no nos multen o no se nos caiga la casa) si no para no tener «sorpresas» desagradables durante la obra («me dejan tirado los albañiles» o «vaya chapuza con la pasta que ha costado»).

Pocos piensan que el arquitecto presta un servicio claro y tiene unos conocimientos específicos tan útiles a la sociedad como los de los fisio o los médico y que, por lo tanto, pagar por sus servicios no es pagar una tasa sino un servicio prestado que sólo ese profesional puede ofrecernos, es decir, un arquitecto no es un gasto, una inversión. Todos conocemos a los que llamaron directamente a un albañil, un fontanero o un carpintero para ampliar, reformar o reparar su vivienda y como le resultó “el ahorro” del Arquitecto. Lo barato sale caro.

«Si crees que es caro contratar a un profesional para que haga el trabajo, espera a contratar a un aficionado” 

Paul Neal “Red” Adair.